Las necesidades de agua de las viñas de las variedades como monastrell y syrah en la D.O. Bullas, que son los que por ejemplo utilizamos en la bodega Lavia, de MGWines Group, para los vinos rondan los 300 litros anuales. Es una cantidad mínima para obtener un ciclo y una producción normal sin agotar a la planta.
El año 2015, como ya lo fue el 2014, ha sido de escasas lluvias en toda la zona del Mediterráneo de Castellón a Almería. Así, por ejemplo, en Lavia se recogieron en torno a las xxx litros.
A pesar de esta situación, que puede considerarse adversa, las viñas de esta bodega no han padecido en exceso la falta de lluvia. Esto es debido a que nuestro paraje “venta del pino” tiene la suerte de tener una baja profundidad en capa freática.
Como testimonio visual, disponemos a unos 100 metros de la bodega de dos manantiales naturales que han seguido con niveles aceptables de agua a pesar del ciclo de sequía que vivimos.
¿Por qué beneficia a la vid de la D.O. Bullas una baja profundidad en capa freática?
El viñedo de la D.O. Bullas está compuesto en su mayoría por cepas de monastrell de unos 40 años de antigüedad, por lo que disponen de un buen enraizamiento. Las raíces de las cepas se ubican principalmente entre los 40 y los 80 metros pero en algunas zonas profundizan mucho más, hasta llegar donde pueden hidratarse cuando hay escasez de agua de lluvia.
La escasa pluviometría durante la última época del ciclo de la viña ha tenido como consecuencia que los granos sean más pequeños que en otras cosechas, pero al mismo tiempo la calidad es muy buena y la cantidad abundante.
Tampoco ha habido accidentes atmosféricos, como el granizo o heladas, que habrían afectado al fruto, por lo que está sana y en las condiciones óptimas para elaborar los futuros Lavia, Lavia + y Lavia + Finca Paso Malo, algunos de los vinos más conocidos de MGwines Group.
Así que, ¡todo perfecto para una gran añada cosecha 2016!
